Wednesday, April 26, 2023

EL ALUMNO DESAFIANTE


 LO QUE VES

      Tu alumno reta tu autoridad directamente. Se encoge de hombros o menosprecia cualquier dirección o instrucción del adulto, ya sea una petición o una norma. Incluso, tu alumno puede reírse en respuesta a lo que el profesor le dice o le pide hacer. Es contestón y reta a sus profesores.

LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

     Los alumnos con conductas desafiantes, con frecuencia, son conscientes de que no son aceptados por el grupo o los profesores y parecen sentirse cómodos con ello. En muchos casos, estos alumnos, en el pasado, intentaron hacerlo mejor pero no lo consiguieron. Ellos buscaban ser apreciados por su esfuerzo, pero en su lugar, fueron criticados por sus fallos. Como consecuencia, crecieron pensando que no gustan a los demás, y por tanto, ahora piensan que nadie va a apreciarles. En otros casos, los alumnos desafiantes pueden mostrar una actitud displicente y retadora para cubrir sus sentimientos internos de poca valía. Pueden pensar que van a fallar aunque se esfuercen o intenten conseguir algo. Las expectativas que generan su actitud, favorecen que, al final, se cumpla su auto-profecía, reforzando aún más la imagen negativa que tienen de sí mismos. Por ello, se comportan de una manera que garantice que no gusatrán a los demás, no serán aceptados o no conseguirán lo que se proponen. Aunque estos alumnos suelen decir "no me importa", en realidad, lo que desean es que haya alguien que sí se preocupe por ellos y crea en ellos. 

Fracasar repetidas veces cuando han intentado hacerlo mejor o el miedo a fracasar de nuevo, hace que estos alumnos abandonen la idea de llamar la atención de los adultos comportándose bien, y en su lugar, llaman su atención con conductas disruptivas y desafiantes.

¿QUÉ HACER?
  1. No tomes como algo personal su conducta. Evita pensar que el alumno tiene algo contra tí. Tú no eres la causa de su conducta. Cuando hables con él, trata de despersonalizar su conducta. Por ejemplo, en lugar de decir ¿por qué me hablas así? o ¿cómo te atreves a hablarme así?, di algo como: pareces disgustado por la tarea que te he pedido, ¿qué es lo que disgusta en concreto?.
  2. Estos alumnos necesitan alguien que se preocupe de ellos. Necesitan sentir que son aceptados tal y como son, así como, saber que crees en ellos y ves buenas capacidades en ellos. Puedes tener una reunión individual con tu alumno y llegar a un acuerdo. Le puedes hacer ver que puede hablar abiertamente contigo y decirte todo aquello que le gusta y no le gusta, así como que puede contarte sus pensamientos, preocupaciones y opiniones. Hazle saber que le escucharás sin juzgarle y tendrás en cuenta todo lo que te diga. Es importante, que tu alumno se comprometa a escucharte a tí del mismo modo. Una vez habéis hablado de esta forma, podéis llegar a un acuerdo sobre los compromisos que asumeréis cada uno para que la conducta y actitud de tu alumno mejore. Una vez llegado a este acuerdo, es muy importante que lo cumpláis. Para ello, podéis reflejarlo por escrito para recordarlo.
  3. Comunícate con los padres de tu alumno para utilizar las mismas estrategias en casa.

¿QUÉ NO HACER?

           No dejes que tus emociones interfieran en tu relación con tu alumno y en la manera de abordar sus dificultades. Puedes sentirte enfadado, desesperado o que te saca de tus casillas. Sin embargo, discutir con tu alumno, amenazarle con una consecuencia o elevar tu voz, sólo dará a tu alumno más sensación de poder y control, lo cual, reforzará su conducta desafiante. Independientemente de lo que sientas, intenta responder en lugar de reaccionar a lo que tu alumno dice o hace. 

Por otro lado, evita decir a un alumno desafiante que con su actitud fracasará en algo. Ellos ya se ven a sí mismos con poca valía y, por tanto, propensos al fracaso, por lo que si tú se lo dices, estarías reforzando la percepción negativa que tienen de sí mismos.
 
Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.


Sunday, April 16, 2023

EL "SIEMPRE-TARDE" ALUMNO

 


LO QUE VES

        Tu alumno es siempre el último en llegar a clase, el último en terminar las actividades, el último para recoger los materiales. Parece que se da prisa, pero por alguna razón u otra, normalmente llega o termina tarde, o se queda retrasado. Generalmente se disculpa o excusa, pero no logra cumplir las expectativas en cuanto al tiempo.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

        El "siempre-tarde" alumno puede asociarse a dos categorías: el alumno rezagado o el alumno que llega siempre tarde. El alumno que realmente trata de hacer las tareas escolares en el tiempo asignado pero generalmente queda rezagado, es probable que sea también desorganizado y se distraiga fácilmente. El alumno puede también venir de un ambiente familiar que es también desorganizado, sin horarios ni rutinas y sin pautas educativas definidas. Asimismo, el alumno rezagado que parece tener dificultades para terminar las tareas a tiempo, puede estar buscando atención o "pidiendo" ayuda. 

Por otra parte, el alumno que llega siempre tarde, igualmente, puede esforzarse por llegar a tiempo pero, normalmente, te cuenta que hay circunstancias que se lo impiden, como un problema con el transporte, pasó algo en casa, perdió algo, no se encontraba bien, un compañero le distrajo, etc. Una de las posibles causas que debemos analizar en este caso es si el alumno está evitando ir al colegio o a una determinada clase. Puede que también esté tratando de evitar encontrarse con algún o algunos compañeros antes de la clase, o bien puede llegar tarde a propósito para llamar la atención.


¿QUÉ HACER?

         Primero, mantén una reunión individual con el alumno en privado para intentar averiguar la causa de su demora constante. Una vez que has identificado la posible causa, puedes aplicar estas estrategias:

  • Si el alumno realmente se esfuerza por hacer lo encomendado en el tiempo requerido pero no parece tener buenas habilidades para ello, enséñale técnicas de planificación y organización, así como para la gestión del tiempo.
  • Si el alumno sinceramente se esfuerza para realizar las tareas a tiempo, pero circunstancias externas se lo impiden, dale oportunidades para recuperar las tareas que no ha realizado. Recuerda que este alumno puede sentirse presionado o avergonzado por no terminar a tiempo e ir por detrás de sus compañeros y, a la vez, puede sentirse indefenso al no saber cómo controlarlo.
  • En el caso del alumno que termina o llega tarde de forma crónica y parece que está perpetuando su comportamiento a propósito porque quiere evitar realizar una actividad o tarea determinada, adapta la actividad o tarea para que le parezca más sencilla su realización y así, disminuya su miedo a no saber hacerla.
  • Si parece estar evitando a otro alumno o alumnos, intenta averiguar por qué y dale estrategias para saber cómo actuar con ellos.
  • Si el alumno llega siempre tarde o se queda rezagado para llamar la atención, sitúa su mesa y silla cerca de la puerta de clase. De este modo, cuando llegue tarde no se apreciará tanto como si tiene que cruzar toda la clase para llegar a su sitio. Además, no le llames la atención delante de la clase. Sigue con las tareas que estabas haciendo como si nada hubiera pasado. Si algún alumno hace algún comentario sobre la llegada tardía de su compañero, ignora el comentario y sigue con tu clase. Por el contrario, si el alumno llega a su hora o se incorpora a la actividad a tiempo, alaba en voz alta delante de la clase su esfuerzo.
Por último, si crees que las causas de la tardanza de tu alumno se deben a algo más serio que está sucediendo en su entorno, habla con tu orientador o profesor de servicios a la comunidad para saber cómo actuar. 

¿QUÉ NO HACER?

           No trates igual a todos los alumnos que llegan tarde o no terminan las tareas a tiempo. Cada uno tiene diferentes razones. No pienses que lo hace a propósito o porque es vago. Siempre hay una razón interna o externa al alumno. Incluso cuando lo hace para llamar la atención, lo hace en realidad debido a la falta de algo (afecto, confianza en sí mismo, habilidades, sentimiento de pertenencia al grupo, etc.). Por otra parte, evita hacer comentarios, en público o en privado, como: me has decepcionado, eres un caso, no espero que lo consigas, no tienes remedio, entre otros. En su lugar, transmítele que crees en él y, que con tu ayuda, irá mejorando.


Basado en la obra "Addresing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.


Saturday, April 15, 2023

SACANDO SONRISAS

 

  

        ¡Seguimos trabajando en DOG´S ORIENTA! 

      Cada vez son más los niños que hacen uso del espacio "Cuéntaselo a Mr. Baylor". Con frecuencia, cuando los niños le cuentan a Mr. Baylor sus preocupaciones o dificultades, se ponen tristes. Baylor se da cuenta de ello, por esa razón, siempre termina la sesión haciendo reír a los niños, bien tomando fotos divertidas, dejándose disfrazar o dando vueltas sobre sí mismo, entre otros ejemplos. Lo importante es hacer a los niños sonreír para que se vayan con un recuerdo positivo de la sesión de trabajo.

El acto de reír desencadena una serie de reacciones cognitivas, fisiológicas y emocionales que favorecen la liberación del estrés acumulado y del miedo, permitiendo al niño ser más abierto y espontáneo. Igualmente, la risa permite relativizar sus problemas o sentimientos, facilitando el desarrollo de estrategias de afrontamiento más adecuadas. 

Adicionalmente, la risa produce una mayor liberación de endorfinas y oxitocina en el cerebro, lo cual va a favorecer el establecimiento, por un lado, de una mayor sensación de bienestar y, por otro, de un vínculo afectivo más fuerte con la persona que escucha al niño, lo que le motivará a hablar con esa persona cada vez que se encuentra mal. Por esta razón, en las sesiones de "Cuéntaselo a Mr. Baylor" terminamos siempre haciendo algo divertido, para crear un clima de confianza y seguro que estimule al alumno a seguir hablando de lo que le preocupa.

¡RECUERDA!

Cuando tu alumno o hijo te cuente sus preocupaciones o aquello que le pone triste. Escúchale activamente. Esto es, deja todo lo que estés haciendo, mírale a los ojos y hazle saber que toda tu atención es para él en ese momento. Una vez te haya contado aquello que necesita expresar, termina la conversación haciéndole reír. Esto favorecerá que acuda a ti siempre que necesite hablar de algo.



Tuesday, April 11, 2023

EL INVENTOR DE EXCUSAS

 

       

      En ocasiones, los profesores se encuentran con alumnos que parece no querer trabajar y tienen una excusa para todo. A continuación, incluyo algunas estrategias sencillas que puedes utilizar con estos alumnos. 

LO QUE VE EL PROFESOR

       El alumno no completa las tareas escolares o sus deberes. Con frecuencia, no tiene los materiales escolares que necesita. Parece irresponsable o distraído. Toma prestado los materiales de sus compañeros o profesor, pero no los devuelve. Pierde el tiempo y no es constante ni persiste en sus tareas escolares. Necesita mucho tiempo para empezar la actividad y la suele dejar sin terminar. Siempre tiene una excusa para todo. Quiere hacerte creer que él quiere hacerlo, pero suceden cosas externas que se lo impiden 

LO QUE REALMENTE ESTÁ PASANDO

       El comportamiento del alumno puede deberse a falta de confianza en sí mismo. En ocasiones, estos alumnos no se perciben capaces de realizar las tareas escolares y piensan que si no las terminan, no decepcionarán al profesor. Otras veces, su conducta se debe a su necesidad de llamar la atención del profesor o de sus compañeros y a la falta de habilidades apropiadas.

¿QUÉ HACER?

      En primer lugar, es importante identificar la finalidad de la conducta del alumno. Si crees que es por falta de confianza en sí mismo, puedes probar las siguientes estrategias:

  • Da al alumno objetivos a corto plazo que sean fáciles de alcanzar y le proporcionen éxito inmediato.
  • Permite al alumno tener tu atención y aprobación en tareas que no son académicas. Para ello, dale a realizar una tarea o responsabilidad que, al llevarla a cabo, se sienta útil y valorado.
  • No le llames la atención delante de sus compañeros u otros profesores.
  • Alterna actividades fáciles con difíciles.
  • Enséñale estrategias para iniciar la actividad.
  • Simplifica la tarea para que sea más fácil realizarla.
  • Permite al alumno que ayude a otros en las actividades donde muestre más capacidad y seguridad.
Si piensas que la conducta del alumno se debe a su necesidad de llamar la atención, prueba estas estrategias:
  • Alaba en voz alta alguna cosa que tu alumno ha hecho bien o no ha olvidado hacer.
  • Si el alumno no realiza la tarea porque no tiene el material, simplemente dale el material que necesita sin darle la oportunidad de que ponga excusas para no realizar la tarea.
  • Enseña al alumno a planificar y preparar la tarea antes de iniciarla.
  • Si el alumno llama la atención poniendo excusas, no le prestes atención, simplemente sigue con tu rutina.

¿QUÉ NO HACER?
     
           Si tu alumno inventa excusas por falta de confianza en sí mismo, no uses la retirada de algo que le gusta como consecuencia por su conducta. En su lugar, pregunta al alumno cómo puedes ayudarle a recordar lo que se le olvida o a hacer lo que no ha realizado. No llames la atención del alumno o le digas lo que ha hecho mal delante de sus compañeros u otros profesores.

Para los alumnos que ponen excusas para llamar la atención, no te niegues a darles los materiales que necesitan. Esto reforzaría su conducta porque lo podrían usar como excusa para no trabajar. Evita frases como "ya te lo he dicho...". En lugar de ello, pide al alumno que recuerde lo que has dicho y que te lo diga en voz alta. No le ofrezcas premios si realiza la tarea en la forma y tiempo esperados. 

Basado en la obra Addressing student behavior: a guide for educators. New Mexico Public Education Department. 

Sunday, April 9, 2023

DISEÑO UNIVERSAL DE APRENDIZAJE




 El Diseño Universal del aprendizaje DUA, se refiere al conjunto de estrategias organizativas y metodológicas dirigidas a promover la educación inclusiva, mediante la eliminación de cualquier barrera que impida el acceso, participación y aprendizaje de los alumnos en el sistema educativo. Este enfoque educativo se basa en tres principios fundamentales:

  1. Proporcionar múltiples formas de representación

      Se refiere al qué enseñar. Cada alumno tiene un estilo de aprendizaje único el cual determina un estilo de procesamiento e integración de la información y del aprendizaje, así como un ritmo de aprendizaje concretos. Por ello, los contenidos de aprendizaje han de ser presentados mediante formas diversas: de lo general a lo específico y viceversa, mediante información visual, verbal, escrita, con materiales audiovisuales o manipulativos, organizadores gráficos, entre otros ejemplos.


  1. Proporcionar múltiples formas de acción y expresión

      Este principio se relaciona con el cómo enseñar. Cada alumno, en función de sus puntos fuertes y débiles, utiliza distintas estrategias para la construcción de aprendizajes. La práctica docente en el aula, por tanto, ha de incluir estrategias metodológicas que se adecúen a la diversidad del aula, intercalando para ello actividades de trabajo individual y grupales, actividades de distinto nivel de dificultad, uso de materiales variados (visuales, auditivos, manipulativos, tecnológicos), estimulación de la funciones ejecutivas para favorecer la autonomía en el aprendizaje, incorporación de estrategias de desarrollo de habilidades sociales y emocionales u organización del aula que favorezca la participación de todos los alumnos, entre otros ejemplos.


  1. Proporcionar múltiples formas de implicación

      Se relaciona con el por qué enseñar. En otras palabras, el alumno necesita realizar aprendizajes significativos, entendidos como la percepción de que los aprendizajes escolares son útiles en su vida diaria. Por ello, el docente ha de tener en cuenta la diversidad de intereses y motivaciones existente en su aula e incorporarlos en sus programaciones. Asimismo, ha de incluir estrategias que favorezcan el desarrollo de un autoconcepto  y autoestima positivos en los alumnos, que a subes, favorezca una actitud positiva hacia el aprendizaje. Igualmente, ha de incluir estrategias que estimulen la capacidad crítica y de autoevaluación de los alumnos. 


Para elaborar programaciones docentes que incluyan estos principios, el profesorado puede utilizar distintas estrategias y recursos. En los siguientes enlaces puedes encontrar algunos ejemplos: