Sunday, August 27, 2023

EL ALUMNO ABSENTISTA

 


LO QUE VES

             Tu alumno no asiste al colegio con regularidad y tiene numerosas faltas de asistencia. Puede que se salte algunas clases o se pierda todas las clases del día. Cuando le preguntas, bien responde con excusas o no dice nada. No parece importarle que sus ausencias le estén provocando retraso curricular y que, por ello, pueda suspender alguna o la mayoría de las materias o áreas curriculares. Además, los padres de tu alumno no parecen responder a tus intentos de comunicarte con ellos y de colaborar para solucionar el problema.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

               Las causas del absentismo escolar son varias. De forma general, las podemos organizar en las siguientes:

  1. Alumnos cuyos padres SI saben que su hijo no asiste al colegio: cuando un alumno falta frecuentemente al colegio con el conocimiento pleno de sus padres, puede ser que los padres no entiendan o no aprecien el valor de la escuela ni el de la educación y, por ello, el absentismo de su hijo no supone una preocupación para ellos. En otras ocasiones, los padres pueden ser conocedores de que su hijo no asiste al colegio, pero pueden sentirse sobrepasados con sus vidas y/o trabajos, lo cual les impide tener tiempo ni energía para preocuparse por el absentismo de su hijo o para intervenir sobre ello, por lo que deciden dejar a su hijo hacer lo que quiera sin forzarle. Otras veces, algunos padres son conscientes de que su hijo falta mucho al colegio, pero necesitan a su hijo para ayudarles en la casa o en el trabajo para el bien de la familia. Finalmente, en algunos casos, no existen padres responsables que supervisen las acciones de sus hijos.
  2. Alumnos cuyos padres NO saben que su hijo no asiste al colegio: en este caso, los alumnos normalmente faltan a algunas clases o no van al colegio, porque sienten que no son capaces de realizar el trabajo escolar con éxito. Esto puede deberse a falta de habilidades académicas, a dificultades de aprendizaje o a un sentimiento de indefensión que les lleva a pensar que, debido al retraso curricular que tienen, no alcanzarán nunca el nivel de sus compañeros, lo cual alimenta su deseo de abandonar y de dejar de intentarlo. Aún así, estos alumnos pueden que sí quieran asistir a algunas clases, especialmente a aquellas en las que sienten que sí podrán rendir como sus compañeros, o bien, a aquellas donde han establecido una conexión más cercana con los demás alumnos o el profesor.
  3. Otro posible motivo de absentismo escolar puede ser que el alumno no ha sido escolarizado en el centro escolar, aula, curso o itinerario educativo adecuado. Por ello, el alumno se siente académicamente sobrepasado y siente que no podrá alcanzar las expectativas académicas que se esperan de él.
  4. Por último, algunos alumnos pueden faltar a algunas clases o al colegio, porque lo perciben muy aburrido, poco estimulador o demasiado fácil.
En todo caso, el alumno absentista, independientemente de sus causas, no es capaz de percibir el valor y la relevancia del colegio ni de la educación, con respecto a su vida personal.


¿QUÉ HACER?

        Has de tener en cuenta que el absentismo escolar no es una conducta en la que se pueda intervenir únicamente en el nivel de tu aula.  Tu trabajo ha de estar coordinado con el que realice el equipo directivo de tu centro escolar, el profesor de servicios a la comunidad y, en su caso, el orientador educativo, así como será necesaria la colaboración con los padres. Por ello, en primer lugar habrás de informar a la jefatura de estudios y a la dirección de tu centro escolar, para iniciar conjuntamente el protocolo de intervención.

No obstante, existen algunas estrategias que podrás utilizar en tu aula para animar a tu alumno a asistir al colegio:
  • Encuentra algo que motive a tu alumno y que pueda hacer en el colegio. Por ejemplo, si notas que durante tu clase, tu alumno hace bocetos o pequeños dibujos mientras explicas o cuando se supone que ha de estar realizando su tarea escolar y, te das cuenta por tanto, de que le gusta mucho dibujar, facilita a tu alumno algunos libros o vídeos sobre técnicas de dibujo y pídele que te ayude a realizar material visual para apoyar tus clases y actividades. Por ejemplo, puedes pedirle que haga un poster para ilustrar con dibujos los principales conceptos e ideas del tema que estáis tratando en clase.
  • Cuando tu alumno asiste a clase tras un período de ausencia, salúdale con agrado y alegría y hazle sentir cómodo y bienvenido. Dile algo agradable de forma sincera, como: me alegra verte o te he echado de menos. Habla siempre por tí mismo. No hables en nombre de todo el grupo de alumnos porque tu alumno sabe que no todo el mundo le echa de menos. Si hablas sólo por tí, tu alumno te creerá.
  • En lugar de decirle todo el trabajo y actividades que no ha realizado por no asistir al colegio, trata de resaltar todas las actividades y eventos divertidos que se ha perdido y en los cuales le echaste de menos.
  • Si sospechas que tu alumno tiene dificultades con algunas habilidades académicas, puedes ajustarlas a su nivel segmentando la actividad en pequeños pasos, apoyándolas con material audiovisual o simplificando la actividad, entre otros ejemplos. Igualmente, no le pongas para sus deberes, actividades que no pueda hacer por sí mismo. Recuerda que sus padres no podrán ayudarle a hacer los deberes. Por ello, elige actividades que preveas que tu alumno podrá hacer solo sin ayuda.
  • Si por el contrario, sospechas que tu alumno se aburre en clase, ajusta igualmente las actividades a sus capacidades mediante actividades opcionales, de ampliación o profundización, de aprendizaje por descubrimiento, entre otras. 
  • Averigua lo que motiva a tu alumno y conoce más sobre su vida personal. Trata de conectar tus actividades académicas con sus motivaciones y con su vida personal, de manera que tu alumno pueda ver la utilidad del aprendizaje escolar en su vida.
  • Ayúdale a integrarse en el grupo-clase. Siéntalo cerca o al lado de los alumnos con los que se lleva mejor, utiliza técnicas de trabajo cooperativo para favorecer la interacción social y la comunicación durante tus clases, realiza tutorías entre alumnos, nómbrale embajador, trabaja las habilidades sociales y de autoafirmación en tu plan de acción tutorial, entre otros ejemplos. 
Por último, si sospechas que tu alumno puede tener dificultades de aprendizaje o altas capacidades intelectuales, comunícaselo al orientador educativo de tu centro escolar para que pueda evaluarlo.


¿QUÉ NO HACER?

  • No te des por vencido con tu alumno absentista ni asumas que no le importa nada relacionado con el colegio.
  • No le des un sermón acerca del retraso curricular que lleva o sobre todas las actividades académicas que tiene sin hacer. Recuerda que tu primer objetivo es lograr que tu alumno quiera ir al colegio. No te centres ahora en su rendimiento académico.
  • Cuando tu alumno asista a tu clase tras un período de absentismo, evita hacer comentarios sarcásticos o mostrarte molesto o decepcionado con él por haber faltado tanto a clase.
  • No humilles ni avergüences a tu alumno delante de otros, ni a solas, por no asistir al colegio.
  • No le des todas las actividades y exámenes pendientes de golpe para que los recupere. 
  • No le sobrecargues de deberes para que recupere las actividades pendientes. 



Friday, August 25, 2023

EL ALUMNO ACTIVO

 


LO QUE VES

            Tu alumno tiene dificultades para mantener la atención y para centrarse en una tarea. Parece que no puede estar relajado realizando su actividad y, con frecuencia, molesta a sus compañeros de clase. Se mueve constantemente en su silla, se levanta y se mueve por el aula continuamente y sin tu permiso. Habla mucho a destiempo y te interrumpe cuando estás hablando o explicando algo. Parece tener dificultades para seguir las normas de aula y te da la sensación de que no obedece.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

          A menudo, los profesores describen a estos alumnos como "hiperactivos", utilizando frecuentemente este término de manera general, para referirse a aquellos alumnos que son más activos que la media o que parecen tener dificultades para cumplir las expectativas del profesor, acerca de sus estándares de conducta durante la realización de las tareas escolares. El alumno activo, no se mueve constantemente, interrumpe, desobedece o no sigue las instrucciones intencionalmente, sino que existe una causa. En los casos más extremos, puede deberse a una causa orgánica o ambiental. En otros casos, en edades infantiles, algunos alumnos todavía no han desarrollado la capacidad para mantener la atención de forma sostenida ni para permanecer sentado realizando su tarea por un tiempo largo. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo que depende de distintas variables. Otras veces, las dificultades de tu alumno pueden deberse a problemas en casa, a algún acontecimiento traumático, a algún cambio importante en su vida o bien, a dinámicas familiares y estilo parental inadecuado.


¿QUÉ HACER?

             No asumas enseguida que tu alumno tiene un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Hay niños que son muy activos por naturaleza o por alguna causa ambiental y no tienen porqué tener este trastorno. Por ello, aplica primero estas estrategias:

  • Establece únicamente objetivos a corto plazo con tu alumno.
  • Dale instrucciones directas y precisas de cada actividad. Puedes usar una "check list" combinada con la técnica autoinstrucciones para que el alumno pueda consultar cada paso que compone la actividad que ha de realizar. 
  • Ayúdale a entender y a controlar el tiempo. Asigna un tiempo concreto para cada paso de la actividad y utiliza un cronómetro o un reloj de arena para que el alumno controle por sí mismo el tiempo de trabajo y de descanso.
  • Intercala las actividades de mesa con otras actividades o tareas que impliquen movimiento como borrar la pizarra, hacer una fotocopia, ordenar el rincón de los cuentos, repartir material entre sus compañeros, entre otras.
  • Permite a tu alumno descansos frecuentes entre las actividades en los que se pueda mover de forma controlada y funcional con tareas como las citadas anteriormente. 
  • Coloca en el aula materiales visuales con las normas y rutinas del aula para que el alumno las pueda recordar. 
  • Crea en tu aula un rincón de relajación donde pueda ir tu alumno a relajarse. Averigua cuál es el canal sensorial que más le relaja (vista, oído, tacto, olfato) y provee el rincón con materiales sensoriales que le gusten a tu alumno. Enseña a tu alumno a cómo usar este rincón y materiales para relajarse, así como el tiempo que puede estar en él.
  • Habla con los padres de tu alumno para identificar si tu alumno es igualmente muy activo en casa y para conocer las estrategias que usan los padres al respecto. Averigua qué estrategias de las que usan los padres en casa, funcionan bien con tu alumno y úsalas también en tu aula. Igualmente, puedes orientar a los padres sobre las estrategias que tú usas en tu aula y que le van bien a tu alumno para que ellos las puedan aplicar también en casa. 
  • Conoce los horarios y rutinas de tu alumno en casa: ¿tiene una alimentación equilibrada?, ¿a qué hora se acuesta por la noche? ¿duerme suficientes horas?, ¿tiene dificultades para dormir?, ¿qué pautas educativas utilizan los padres?, ¿hay horarios y rutinas en casa?, ¿ha ocurrido algo extraordinario en la familia?. Toda esta información te ayudará a identificar si el nivel alto de actividad de tu alumno puede deberse a factores ambientales.
  • Si a pesar de aplicar estas estrategias tanto en el aula como en casa, tu alumno sigue mostrando un nivel alto de actividad y te preocupa, comunícaselo al orientador educativo de tu centro escolar para que lo evalúe y lo derive al especialista para su exploración.


¿QUÉ NO HACER?

  • No etiquetes a tu alumno con el término hiperactivo o TDAH. Como hemos visto, el nivel alto de actividad se puede deber a distintas causas, por lo que hemos de aplicar todas las estrategias de intervención antes de preocupar a los padres con la posibilidad de que tu alumno pueda tener este trastorno. 
  • No pienses que tu alumno es capaz de estar sentado tranquilo haciendo su tarea, pero que no lo hace porque no quiere. Recuerda que puede que no tenga la capacidad de hacerlo o que no tenga adquiridos las habilidades y hábitos necesarios. En todo caso, ten presente que no lo hace intencionalmente. 
  • No fuerces a tu alumno a estar sentado sin moverse por largos periodos de tiempo. No será productivo, ya que estos alumnos pueden concentrarse mejor si se les permite moverse de vez en cuando. Por ello, en lugar de prohibirle que se mueva, da funcionalidad a su movimiento.
  • No castigues a tu alumno porque no ha sido capaz de permanecer sentado sin moverse todo el tiempo que le has dicho. Recuerda que es más productivo que determines períodos cortos de tiempo, durante los cuales, tú preveas que tu alumno será capaz de permanecer sentado realizando su tarea, y entre esos períodos, permítele moverse de manera funcional y controlada por ti. 


Monday, August 21, 2023

EL CONTADOR DE HISTORIAS

 


LO QUE VES

              Tu alumno inventa historias sobre sí mismo y sobre los demás. En ocasiones, son tan fantasiosas que nadie las puede creer, aunque tu alumno insiste en que son verdad. 
No parece reconocer el tiempo adecuado para contar sus historias, simplemente las cuenta cuando lo necesita, independientemente de lo que estéis haciendo en clase. 

LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

            Este alumno puede que se invente historias simplemente para llamar la atención, o bien, puede que tenga baja autoestima y siente la necesidad de inventar estas historias para parecer más importante. Intenta parecer impresionante ante los demás inventando cosas increibles y asombrosas que ha hecho. Otras veces, en situaciones negativas, este alumno puede inventar historias para desviar la atención de algo malo que ha hecho y ponerla sobre otros. 
 
¿QUÉ HACER?

            Lo primero que hemos de hacer es determinar si tu alumno inventa intencionalmente esas historias. En otras palabras, hemos de comprobar si diferencia entre realidad y ficción o si verdaderamente cree las historias que cuenta. Por otra parte, ten en cuenta que en edades más tempranas, es común que los niños inventen historias como una forma de "probar" las reacciones de los adultos. Además, los niños de edad infantil, todavía no han desarrollado la capacidad de distinguir entre realidad y ficción. Sin embargo, cuando el alumno continúa inventando estas historias fantasiosas durante la educación primaria o la secundaria, puede ser un signo de alerta, más aún cuando defiende que son verdad. En estos casos, trata de ayudar a tu alumno a ver las inconsistencias o imposibilidades de su historia a través de preguntas, como: Wow! ¿cómo es eso posible?  ¿dónde has aprendido eso?, etc. Igualmente, ayuda a tu alumno a distinguir la fantasía de lo que cuenta aportando información concreta o datos que muestren la imposibilidad de lo que te cuenta, mediante comentarios afables como: leí en un libro que..., ví en un documental que... 

Recuerda que tu alumno necesita tu atención y que, posiblemente, su autoestima es baja. Refuerza su autoestima durante tus clases. Conoce qué cosas le gustan y hablad sobre ello. Refuerza con tu atención y comentarios cuando el alumno te cuenta hechos reales que han sucedido o las cosas reales que le gustan.

Mantén una comunicación fluida con los padres de tu alumno para identificar si en casa también inventa historia y la naturaleza de estas historias. Igualmente, pregunta a los padres las estrategias que utilizan en casa cuando su hijo inventa historias y facilítales orientaciones si las necesitan. La comunicación con los padres podrá ayudarte a identificar el motivo por el que el alumno inventa estas historias.

Si a pesar de tu intervención te sigue preocupando el comportamiento de tu alumno o sospechas que realmente se cree las historias que cuenta, comunícaselo al orientador educativo de tu centro escolar para que pueda evaluar al alumno y orientar a sus padres y a tí.

¿QUÉ NO HACER?

  • No acuses a tu alumno de mentir o de ser un mentiroso.
  • Evita usar expresiones directas como eso es mentira, eso es imposible, no inventes historias, etc.
  • No desprecies las historias de tu alumno o lo menosprecies a él. 
  • No ridiculices a tu alumno delante del grupo-clase, ni delante de otros profesores o a solas. 
  • No utilices sarcasmo cuando tu alumno te cuente una historia.
  • Evita contradecir a tu alumno cuando te cuente una de sus historias. En su lugar, sugiere amablemente que la historia que te está contando no tiene sentido para tí y pídele aclaraciones sobre aquellos puntos que consideres. 



Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.






Friday, August 18, 2023

EL ALUMNO PROVOCADOR

 


LO QUE VES

       Tu alumno busca o causa problemas constantemente y parece alegrarse cuando éstos ocurren. Mete cizaña y causa conflicto intencionalmente. Molesta, fastidia, se burla de sus compañeros y se mofa y se ríe de sus reacciones. Le gusta hacer alarde de su inteligencia y de su sentido del humor y menosprecia a aquellos que no entienden sus "bromas" o aquello de "sólo me estaba divirtiendo un poco". Parece no aburrirse de molestar o atormentar a los demás. Cuando un adulto lo confronta, toma sus acciones a la ligera y se ríe, a la vez que se excusa diciendo que no ha hecho nada o que era sólo una broma. Cuando le amonestas, responde diciendo algo como: "no es mi culpa si no saben aceptar una broma". 


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

           El alumno provocador puede tener un buen rendimiento académico pero, a la vez, es un experto en eludir la culpabilidad o su responsabilidad sobre algo. Muestra habilidad para identificar los puntos débiles de los demás. Aunque normalmente suele "provocar" a los más pequeños, más débiles o más vulnerables, es lo suficientemente audaz e inteligente para también "provocar" a los adultos. 

Las motivaciones que impulsan a un alumno provocador pueden ser varias. Puede que actúe de este modo para buscar atención. Necesita ser "visto" y "oído" porque piensa que es invisible o que no le valoran en casa, en el colegio o en su grupo social. En otros casos, el alumno provocador puede que haya sido víctima de otros como él en el pasado, lo que causó que ahora sea él el que provoque a otros. Otras veces, el alumno provocador fastidia, molesta o se burla de otros para prevenir que los demás indentifiquen sus puntos débiles o defectos. Finalmente, en otros casos, el alumno provocador puede unirse a otro alumno disruptivo o conflictivo, simplemente, porque lo encuentra motivador.

En uno u otro caso, el comportamiento del alumno provocador es una máscara que esconde inseguridad y vulnerabilidad, a la vez que lo percibe como una oportunidad para tener reconocimiento social. 


¿QUÉ HACER?

         Como el alumno provocador sabe exactamente cómo "tocar los puntos" para conseguir una reacción en otro alumno o en el profesor, es especialmente difícil mantenerse calmado. Es importante que siempre te dirijas a tu alumno provocador con calma pero directamente. En primer lugar, establece y limita una jerarquía de autoridad clara en tu aula. Cuando hables con él, mírale directamente a los ojos. Transmítele que no te sientes intimidado ni perturbado y que tú tienes el control. Asegúrate de que tu alumno entiende las diferencias entre reírse con alguien y reírse de alguien. Algunas veces, en edades tempranas, el alumno provocador no percibe esta diferencia y no es del todo consciente de que sus "bromas ", palabras o acciones dañan a otros. Si tiene más edad, explícale que tú también aprecias el sentido del humor, pero que hay diferencias entre crear algo genuino que sea divertido y utilizar a otros para crear chistes o bromas que son crueles, inmaduras y hacen daño. Igualmente, explica la diferencia entre el daño psicológico y el físico y cómo el daño psicológico nos puede afectar y dar lugar a consecuencias negativas serias. 

Conoce más a tu alumno y su entorno familiar y social. Identifica las posibles causas de su conducta. Mantén una comunicación fluida con sus padres para saber si tu alumno se comporta del mismo modo en casa. Solicita a los padres su colaboración y acuerda con ellos las estrategias que vais a utilizar. Si observas dificultades en el entorno familiar, ofrece tu ayuda y proporciona orientaciones a los padres. 


¿QUÉ NO HACER?

           No reacciones perdiendo la calma por mucho que tu alumno te provoque. No utilices sarcasmo ni ridiculices a tu alumno. Cuando tu alumno haya provocado algún conflicto, evita ponerte de un lado u otro. No impongas reglas o consecuencias al conjunto de tu grupo de alumnos para controlar o evitar la conducta de tu alumno provocativo. No dejes que otros alumnos tomen represalias por algo que haya hecho tu alumno provocador. 


Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.


Tuesday, August 8, 2023

EL ALUMNO QUE INTERRUMPE


 

LO QUE VES

        Tu alumno quiere hacer comentarios sobre todo. Constantemente interrumpe el debate o la explicación diciendo su opinión sobre el asunto sin que se la pidan o venga a cuento, o bien, interrumpe haciendo preguntas o comentarios irrelevantes que desvían la atención del grupo-clase hacia el tema que se está tratando en la clase. Otras veces, si le llamas la atención, continúa murmurando sus comentarios con un tono de voz más bajo, pero lo suficientemente alto para ser oído y provocar distracción o interrupción. El comportamiento de tu alumno te exaspera y acaba con tu paciencia.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

      Tu alumno necesita atención constante y usa las interrupciones para obtenerla. Puede que piense que tener la atención de todos (alumnos y profesor), le da estatus social entre sus iguales. Su necesidad de atención puede encubrir sentimientos de poca valía o de  inadecuación académica y/o social, de los cuales podría ser o no ser consciente. Si es consciente de dichos sentimientos, tu alumno intencionalmente interrumpe la clase para tratar de mejorar la percepción que tiene de sí mismo. Por el contrario, si no es consciente de sus sentimientos de poca valía, sus interrupciones son impulsadas por dichos sentimientos sin control consciente del alumno. En otras palabras, el alumno no sabe muy bien por qué necesita llamar la atención de ese modo.


¿QUÉ HACER?

        Los alumnos que interrumpen constantemente el ritmo de la clase pueden convertirse en un reto para el profesor. Debido a que la necesidad de atención y su sentimiento de poca valía son su motivación (consciente o inconsciente), la primera estrategia que hemos de implementar es controlar el refuerzo que le damos al alumno. Esto es, cuando el alumno interrumpe y el profesor contesta, ya sea para redirigir al alumno o pedirle que se calle, está intencionalmente reforzando la conducta no deseada del alumno. Dicho de otro modo, el profesor y los compañeros del aula están dando, en ese momento, su atención al alumno que interrumpe, lo cual era el objetivo de su interrupción. Por este motivo, el profesor habrá de reforzar con su atención el comportamiento deseado del alumno e ignorar cuando realice el comportamiento no deseado (interrumpir).

Siempre que sea posible, cuando tu alumno interrumpa la clase, simplemente ignora su comentario y continúa con tu explicación o tu tarea. Si su conducta interrumpe el ritmo de la clase, en lugar de parar y llamarle la atención a él directamente, redirige al conjunto de tu grupo-clase mediante un recordatorio del tema que estéis tratando o realizando preguntas relevantes. Al final de la clase y en privado, habla con tu alumno. Dile que valoras su opinión y sus aportaciones cuando son relevantes y relacionadas con el tema que se está tratando en la clase, así como cuando no interfieren con el ritmo de trabajo del aula. Explícale que valoras sus contribuciones pero que hay un momento para decirlas y otro para escuchar al profesor y a sus compañeros. Hazle saber que consideras valiosos sus comentarios pero que es mejor decirlos cuando el profesor le indique el momento más adecuado, en lugar de decirlos cuando el alumno quiera interrumpiendo la clase. De lo contrario, el profesor no te permitirá hablar durante la clase. Pregunta a tu alumno qué es lo que él prefiere hacer.

En el caso de que tu alumno tenga dificultades para tomar conciencia de su conducta y, por tanto, controlarla intencionalmente, acuerda con él dos señales "secretas" que sólo utilices con él. Una para indicarle que puede realizar su comentario y otra para indicarle que no es el momento adecuado para realizar su comentario y que debe esperar. Tu alumno responderá positivamente a estas señales, ya que con ellas está recibiendo una atención especial de su profesor que no da a otros alumnos.

Paralelamente, cuando tu alumno aporte su opinión o comentarios en la forma y tiempo adecuados, elogia su aportación delante del grupo de alumnos y préstale tu atención de forma individual.

Complementariamente, conoce más a tu alumno y su entorno familiar y social. Identifica en qué áreas siente que tiene poca valía y por qué necesita tanta atención. Si no se siente capaz en el área académica, ajusta tu metodología y actividades a las necesidades de tu alumno y dale refuerzo curricular si lo necesita. Si su percepción de falta de capacidad es en el área social/afectiva, incorpora en tu programación docente y en el plan de acción tutorial, estrategias para el desarrollo de habilidades sociales y personales. Si las dificultades que has identificado en tu alumno te preocupan, habla con el orientador educativo de tu centro escolar para que pueda ayudarte. 


¿QUÉ NO HACER?

  • No prestes atención a tu alumno cuando la esté demandando con sus interrupciones. Ten en cuenta que mientras le llamas la atención, le regañas o simplemente le miras serio, ya le estás prestando atención. Por ello, no lo hagas en ese momento. 
  • No hables de la conducta de tu alumno enfrente del grupo-clase, ni con otros profesores cuando el alumno está presente. Igualmente, el alumno lo percibiría como que está consiguiendo tu atención.
  • No hagas sentir mal a tu alumno por sus interrupciones. Ni hagas comentarios acerca de sus comentarios que se dirijan a él directamente. Recuerda redirigir siempre a tus alumnos de forma grupal.


Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.




Sunday, August 6, 2023

EL ALUMNO DESOBEDIENTE

 


LO QUE VES

           Tu alumno puede que empiece la tarea escolar que le pides hacer, pero raramente la termina. Parece estar realizando la actividad, pero cuando llega la hora de terminarla,ves que no ha hecho nada o muy poco. Cuando ha de realizar una tarea nueva, le das instrucciones sobre algo que ha de hacer o le pides que haga algo, muestra una conducta negativista o de resistencia. Puede que se muestre así, sólo para desviar la atención sobre ella o porque, simplemnte, no quiere hacer la tarea. En otras ocasiones, si le pides hacer algo concreto que no quiere hacer, te dice directamente que no quiere hacerlo.

LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

          Las conductas de los alumnos desobedientes pueden recordarte a las de los alumnos desafiantes y a la de aquellos que no respetan a los demás. Sin embargo, la principal diferencia es que las conductas y las acciones de los alumnos desobedientes son menos evidentes que las de los dos perfiles mencionados anteriormente. Por ello, has de prestar mucha atención a sus excusas para no hacer lo que le pides, ya que te darán pistas sobre por qué tu alumno no quiere hacerlo. Por ejemplo si te dice "no puedo", puede ser una señal de habilidades deficitarias, es decir, tu alumno puede tener dificultades de aprendizaje que han de ser identificadas.  

Por otra parte, si a tu petición te responde "no lo haré" o "no quiero hacerlo", puede ser un signo de falta de destreza. En otras palabras, tu alumno tiene las capacidades y habilidades necesarias para realizar la tarea, pero él no se percibe capaz de realizarla bien o no sabe cómo hacerlo.

Por último, si responde diciendo "no me importa" o no dice nada pero deja pasar el tiempo y al final no hace la actividad, puede mostrar tanto que existe un problema de habilidades deficitarias o de falta de destreza.


¿QUÉ HACER?

           Cuando encontramos un alumno desobediente, lo primero que hemos de hacer es determinar la causa o función se su conducta. ¿Tu alumno sólo te desobedece cuando le pides hacer alguna tarea escolar? ¿desobedece sólo cuando ha de obedecer a un adulto o figura de autoridad? ¿desobedece sólo con determinadas personas y/ o tareas? o ¿desobedece ante cualquier petición y cualquier persona?.

Una vez identificada la causa o la función de la desobediencia de tu alumno, puedes aplicar alguna de estas estrategias:
  1. Si la causa está relacionada con las tareas académicas, adapta o simplifica las actividades para que el alumno las perciba más fáciles y se sienta capaz de hacerlas. Aplica las técnicas del "aprendizaje sin error" para asegurar que el alumno sabrá realizar la tarea bien. Ello aumentará su autoestima y su percepción de capacidad.
  2. Si tu alumno es especialmente desobediente siguiendo las normas y respetando la autoridad, trata de mostrar a tu alumno que tú lo valoras y lo respetas y pídele que él haga lo mismo contigo.
  3. Si tu alumno se cierra en banda y no obedece ante la mayoría de las cosas que le pides, trata de conectar más con él y de conocerle mejor. Habla con él en privado. Dile que estás preocupado porque no le ves feliz y pregúntale qué es lo que le está causando malestar. 
  4. Si a tu alumno parece no importarle nada, es muy probable que sí le importe su conducta y también su necesidad de tener tu atención, pero tiene miedo de fallar. En otras ocasiones, puede que tu alumno realmente no vea el sentido o el valor de lo que le estás pidiendo y, por ello, no quiera hacerlo. En uno u otro caso, trata de mostrar a tu alumno los beneficios de lo que le pides hacer. Trata de conocer sus motivaciones y conecta la tarea o acción que le pides hacer con lo que le motiva, de manera que lo perciba útil para sus objetivos personales. 

¿QUÉ NO HACER?

  • No intervengas sobre la conducta desobediente de tu alumno sin haber identificado previamente su causa o función concreta. 
  • No apliques estrategias generales de modificación de conducta. Para obtener resultados favorables, es necesario conocer lo que es importante y valioso para tu alumno y, sobre ello, fundamentar tus estrategias de intervención. 
  • No etiquetes a tu alumno como vago, difícil o contrariado. No lo juzgues, el hecho de que muestre mala conducta no significa que tu alumno es malo. Recuerda, es un buen alumno que, por determinadas razones, tiene dificultades para obedecer. Con esta idea en tu mente, conoce a tu alumno y su entorno social y familiar, así como el origen de su conducta y, sobre ello, centra tu intervención. 
  • Evita aceptar las excusas de tu alumno. Utiliza sus motivaciones y tu atención exclusiva hacia él para redirigir su conducta desobediente.
  • No asumas que tu alumno desobedece para desafiarte. Recuerda, que su conducta se debe a otras razones externas a tí.




Thursday, August 3, 2023

EL ALUMNO HOSTIL

 


LO QUE VES

      Tu alumno parece estar de mal humor casi todo el tiempo. Si no está enfadado con alguien, está enfadado por alguna cosa o con él mismo. Tu alumno se muestra hostil con cualquier persona o situación y se opone a toda forma de autoridad. Ataca con sus palabras y, en ocasiones, físicamente a las personas o cosas. No necesita ser provocado para agredir verbalmente a alguien, si no que tiene arrebatos que pueden estallar en cualquier momento.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

        El comportamiento hostil de los alumnos, en general, se debe a un sentimiento incontenible de enfado, el cual puede tener distintas causas como:

  • Sentimiento de ser tratado injustamente.
  • Sentimiento de indefensión y desesperanza.
  • Sentimiento de abandono.
  • Sentimiento de que nadie le escucha, de que no es importante para nadie o de que nadie le entiende.
  • Sentimiento de que está excluido o de que es diferente.
  • Sentimiento de que nadie cuida de él.
  • Percepción de que no es capaz o no es suficiente.
  • Imposición de responsabilidades que no corresponden a su edad. Por ejemplo, tener que cuidar de sus hermanos menores porque sus padres no están en casa, lo cual no le deja tiempo para hacer sus deberes o hacer las cosas que un niño de su edad normalmente hace. 

¿QUÉ HACER?


        Existen algunas estrategias que pueden ser útiles con los alumnos hostiles:
  • Mantente siempre calmado y profesional ante la conducta de tu alumno.
  • Mira a tu alumno directamente a los ojos. Háblale con calma y educación, incluso si tu alumno está gritando o vociferando.
  • Si es posible, deja a tu alumno hablar hasta que ya no le quede nada que decir. Estará más receptivo a tu respuesta si le dejas desahogarse antes.
  • Cuando tu alumno no se muestre hostil, exprésale empatía. Dile que estás preocupado porque le ves enfadado la mayor parte del tiempo. Ofrécele tu atención y tiempo para escucharle si quiere contarte lo que le sucede o lo que le enfada. Ofrécele tu ayuda, pregúntale cómo le puedes ayudar.
  • Ten en cuenta que estos alumnos perciben su mundo de forma hostil, por lo tanto, todo gesto de amabilidad, empatía y de deseo genuino de ayudarle, propiciará su disposición a pedir ayuda.
  • Muestra a tu alumno que crees en él y que ves lo positivo de su personalidad. Enséñale estrategias adecuadas para expresar su enfado.
  • Si alguna de sus conductas incumple alguna norma de funcionamiento del aula o de convivencia, aplica su consecuencia concreta tal y como lo harías con cualquier alumno de tu clase, pero asegúrate de que tu alumno hostil entiende que esas son las normas del aula que han sido consensuadas por todos y que se está penalizando su conducta y no a él.
  • Conoce a tu alumno y a su familia. Recaba información sobre su situación familiar y social para identificar las posibles causas de su hostilidad. Si encuentras una situación familiar y/o social crítica o disfuncional, comunícalo al orientador educativo de tu centro escolar para que pueda ayudar a encontrar soluciones.

¿QUÉ NO HACER?

              No respondas con hostilidad a la conducta hostil de tu alumno. No asumas que tu alumno tiene un carácter "agrio", "irascible" o "infame". No castigues a tu alumno ni lo amenaces. Evita ver a tu alumno como un mal chico ni juzgarlo por sus conductas. Recuerda que, es muy probable que haya tenido o esté afrontando experiencias adversas que están condicionando la percepción de su mundo y de su carácter.  


Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.