Sunday, April 16, 2023

EL "SIEMPRE-TARDE" ALUMNO

 


LO QUE VES

        Tu alumno es siempre el último en llegar a clase, el último en terminar las actividades, el último para recoger los materiales. Parece que se da prisa, pero por alguna razón u otra, normalmente llega o termina tarde, o se queda retrasado. Generalmente se disculpa o excusa, pero no logra cumplir las expectativas en cuanto al tiempo.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

        El "siempre-tarde" alumno puede asociarse a dos categorías: el alumno rezagado o el alumno que llega siempre tarde. El alumno que realmente trata de hacer las tareas escolares en el tiempo asignado pero generalmente queda rezagado, es probable que sea también desorganizado y se distraiga fácilmente. El alumno puede también venir de un ambiente familiar que es también desorganizado, sin horarios ni rutinas y sin pautas educativas definidas. Asimismo, el alumno rezagado que parece tener dificultades para terminar las tareas a tiempo, puede estar buscando atención o "pidiendo" ayuda. 

Por otra parte, el alumno que llega siempre tarde, igualmente, puede esforzarse por llegar a tiempo pero, normalmente, te cuenta que hay circunstancias que se lo impiden, como un problema con el transporte, pasó algo en casa, perdió algo, no se encontraba bien, un compañero le distrajo, etc. Una de las posibles causas que debemos analizar en este caso es si el alumno está evitando ir al colegio o a una determinada clase. Puede que también esté tratando de evitar encontrarse con algún o algunos compañeros antes de la clase, o bien puede llegar tarde a propósito para llamar la atención.


¿QUÉ HACER?

         Primero, mantén una reunión individual con el alumno en privado para intentar averiguar la causa de su demora constante. Una vez que has identificado la posible causa, puedes aplicar estas estrategias:

  • Si el alumno realmente se esfuerza por hacer lo encomendado en el tiempo requerido pero no parece tener buenas habilidades para ello, enséñale técnicas de planificación y organización, así como para la gestión del tiempo.
  • Si el alumno sinceramente se esfuerza para realizar las tareas a tiempo, pero circunstancias externas se lo impiden, dale oportunidades para recuperar las tareas que no ha realizado. Recuerda que este alumno puede sentirse presionado o avergonzado por no terminar a tiempo e ir por detrás de sus compañeros y, a la vez, puede sentirse indefenso al no saber cómo controlarlo.
  • En el caso del alumno que termina o llega tarde de forma crónica y parece que está perpetuando su comportamiento a propósito porque quiere evitar realizar una actividad o tarea determinada, adapta la actividad o tarea para que le parezca más sencilla su realización y así, disminuya su miedo a no saber hacerla.
  • Si parece estar evitando a otro alumno o alumnos, intenta averiguar por qué y dale estrategias para saber cómo actuar con ellos.
  • Si el alumno llega siempre tarde o se queda rezagado para llamar la atención, sitúa su mesa y silla cerca de la puerta de clase. De este modo, cuando llegue tarde no se apreciará tanto como si tiene que cruzar toda la clase para llegar a su sitio. Además, no le llames la atención delante de la clase. Sigue con las tareas que estabas haciendo como si nada hubiera pasado. Si algún alumno hace algún comentario sobre la llegada tardía de su compañero, ignora el comentario y sigue con tu clase. Por el contrario, si el alumno llega a su hora o se incorpora a la actividad a tiempo, alaba en voz alta delante de la clase su esfuerzo.
Por último, si crees que las causas de la tardanza de tu alumno se deben a algo más serio que está sucediendo en su entorno, habla con tu orientador o profesor de servicios a la comunidad para saber cómo actuar. 

¿QUÉ NO HACER?

           No trates igual a todos los alumnos que llegan tarde o no terminan las tareas a tiempo. Cada uno tiene diferentes razones. No pienses que lo hace a propósito o porque es vago. Siempre hay una razón interna o externa al alumno. Incluso cuando lo hace para llamar la atención, lo hace en realidad debido a la falta de algo (afecto, confianza en sí mismo, habilidades, sentimiento de pertenencia al grupo, etc.). Por otra parte, evita hacer comentarios, en público o en privado, como: me has decepcionado, eres un caso, no espero que lo consigas, no tienes remedio, entre otros. En su lugar, transmítele que crees en él y, que con tu ayuda, irá mejorando.


Basado en la obra "Addresing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.


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