Las necesidades educativas de los alumnos con TDAH van a requerir de una serie de ajustes en el currículo escolar, para favorecer el acceso del alumno a los distintos espacios y situaciones educativas del aula, a los contenidos curriculares, a los materiales y a los aprendizajes. En el ámbito escolar, estos ajustes reciben el nombre de adaptaciones de acceso al currículo. Veamos algunas que podemos utilizar con los alumnos con TDAH.
DIRECTRICES GENERALES
La respuesta educativa ha de estar enfocada a la adecuación de las condiciones y características del aula, así como del proceso de enseñanza-aprendizaje, a las necesidades concretas que presenta el alumno con TDAH. Para ello, se han de incorporar medidas organizativas y de gestión del aula que todo el equipo docente ha de poner en práctica.
Asimismo, será fundamental la coordinación entre todos los profesionales que intervienen con el alumno, además de la colaboración con la familia, para consensuar los criterios de actuación y asegurar un trabajo cooperativo, coherente y eficaz que persiga los mismos objetivos, tanto en la escuela como en el hogar.
Por último, en esta planificación, no debemos olvidar tener en cuenta, en primer lugar, las necesidades de nuestro alumno como niño y, en segundo lugar, las derivadas de su TDAH.
Sobre esta base, veamos cómo hacer más accesible el aula para el alumno con TDAH.
RESPECTO A LOS ESPACIOS
Reducir distractores
- Trasladar los estímulos que pudieran distraerle fuera de su alcance visual (carteles, fotos, objetos atrayentes, entre otros).
- Posibilitar un ambiente de aula estructurado, tranquilo y sin ruido.
- Utilizar auriculares con sonidos enmascaradores o que favorezcan en el alumno su concentración.
- Distribución del mobiliario que favorezca la amplitud del espacio. Evitar sobrecargar el aula con muebles y objetos.
- Crear un rincón de relajación con materiales sensoriales que permitan al alumno con TDAH poder relajarse.
- Incluir materiales específicos para que el alumno pueda mover alguna parte de su cuerpo cuando está sentado realizando su tarea: pedales, usar una pelota de pilates en lugar de una silla, pelotas antiestrés, entre otros.
- Crear diferentes espacios en el aula donde el alumno con TDAH pueda realizar descansos cortos entre las tareas escolares.
- Colocar en un lugar visible y accesible al alumno, información visual sobre las normas de funcionamiento y de convivencia del aula.
- Organización flexible del aula para posibilitar distintos lugares de trabajo: espacios para trabajar en grupo, para trabajar individualmente, en parejas, en forma de U, entre otros.
- Seleccionar un espacio de trabajo u otro en función de las actividades que se van a realizar y de los objetivos que se pretende alcanzar.
- Ubicar al alumno cerca del profesor para poder supervisar su rendimiento de forma discreta.
- Situar al alumno en un lugar del aula donde las interferencias sean mínimas. Por ejemplo, en la parte delantera, lejos de la ventana, al lado de un alumno tranquilo y trabajador, entre otros ejemplos.
- Dedicar las primeras horas de la mañana a las áreas o materias que requieran un mayor esfuerzo intelectual.
- Dedicar las últimas horas de la jornada escolar, a las áreas o materias que requieran menor concentración.
- Definir explícitamente y en un lugar accesible, la agenda de actividades de la jornada escolar y el tiempo de cada una.
- Determinar de forma clara la duración de cada actividad. Dividirlas en pequeños pasos secuenciados y asignar un tiempo específico para realizar cada paso.
- Utilizar un reloj o cronómetro para medir el tiempo de realización de cada tarea o subtarea. Enseñar al alumno a utilizarlo para que pueda controlar el tiempo de forma autónoma.
- Permitir al alumno un breve descanso entre cada paso de la tarea. Asignar un tiempo determinado a este descanso.
- Permitir al alumno que se mueva durante estos descansos. Dotar de funcionalidad a dicho movimiento: borrar la pizarra, hacer un fotocopia, repartir materiales, entre otros ejemplos.
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