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Según la Federación Plataforma Dislexia, el trastrosno del aprendizaje de la lectura, también llamado dislexia, afecta a un 10% de la población en España, entre los que 800.000 son niños en edad escolar. De ellos, solo el 33% reciben la atención profesional necesaria.
Conocer las características de este trastorno, nos ayudará a seleccionar y aplicar las estrategias adecuadas que respondan de manera eficaz a las necesidades de estos alumnos.
Sus características principales son:
Ø Independencia de
las habilidades lectoras de otras habilidades cognitivas: en el caso de la dislexia, el mantenimiento de habilidades tales como memoria, atención, lenguaje oral
o incluso un buen nivel de inteligencia, frente a la baja capacidad de
habilidades lectoras, estaría reflejando la independencia de los sistemas
neuronales relacionados con cada uno de estos aspectos. Es decir, un sistema se
encuentra alterado mientras otros se mantienen preservados.
Ø Alteración en el neurodesarrollo: el término
“alteración” en el neurodesarrollo está relacionado con una organización
estructural y/o funcional anómala de la región cerebral o sistema neural
implicado en la consecución de la habilidad lectora, lo que provoca dificultades en el aprendizaje lector.
Ø Persistencia de
las dificultades a lo largo del tiempo: los niños que
presentan dislexia carecen de las suficientes capacidades para conseguir una correcta
adquisición del proceso lector como consecuencia de una alteración en el
neurodesarrollo y, además, ésta dificultad se mantiene a lo largo del tiempo.
Sin embargo, estas dificultades no se manifiestan siempre de la misma manera y van
evolucionando a lo largo del tiempo. El conocimiento de esta evolución es
importante ya que por el hecho de presentar un niño dislexia no implica
necesariamente, que vaya a ser incapaz de superar estudios de grado medio o
superior, ni que todos vayan a tener la misma evolución.
Ø No todos los
niños dislexia presentan las mismas alteraciones: la dislexia es una entidad heterogénea. Se
estima que el 87% de las personas con diagnóstico de dislexia, presentan un
problema de tipo fonológico y algunos de éstos presentan además otra
sintomatología de tipo no fonológico, como déficit de atención, dispraxia,
ansiedad, entre otros ejemplos.
Veamos a continuación algunas estrategias metodológicas que podemos utilizar con estos alumnos:
ADAPTACIONES METODOLÓGICAS
Este tipo de
adaptaciones permite proporcionar una atención individualizada en clase
cuando el alumno accede al aprendizaje de manera distinta
que el resto de sus compañeros. Estas adaptaciones podrían consistir en:
Ø Simplifica las
instrucciones escritas: los niños con dislexia pueden encontrarse agobiados ante
textos que contienen muchas unidades de información. Sería conveniente subrayar
o destacar las partes más importantes del texto, o resumirlas en frases más
sencillas.
Ø Fracciona los
textos y las actividades en partes más pequeñas: con el fin de evitar elevados niveles
de ansiedad y desmotivación ante la cantidad de trabajo que el alumno
debe realizar, sería conveniente fraccionar la actividad en pequeños pasos o
los textos largos en trozos más pequeños, así como eliminar partes del mismo
cuando proporciona información redundante.
Ø Utiliza un cronómetro en la realización de las
tareas escolares. En ocasiones algunos alumnos con dislexia
muestran dificultades en el área espacio-tiempo, por lo que les he difícil
comprender el tiempo que tienen para realizar una determinada tarea. Por este
motivo, cuando le decimos por ejemplo que le quedan 10 minutos para acabar el
examen, el alumno percibirá este aviso con angustia y estos nervios se
traducirán en errores. Por ello, el uso de un cronómetro que mida el tiempo
destinado a la realización de cada tarea o subtarea le permitirá al alumno con
dislexia entender de forma concreta el tiempo del que dispone sin producirle
ansiedad.
Ø Planifica descansos cortos frecuentes durante las
actividades. El alumno con dislexia ha de realizar un sobreesfuerzo en las
tareas que conlleva lectura y escritura, así como organización y análisis de la
información. Por este motivo la división de tareas largas en sucesivas tareas
cortas y la planificación de descansos cortos entre dichas tareas cortas, son
estrategias muy beneficiales para estos alumnos.
Ø Utiliza las
instrucciones paso a paso. La nueva información se puede presentar en pasos secuenciales pequeños
y asegúrate de que ha entendido cada paso antes de pasar al posterior.
Ø Marca con
fluorescente la información más relevante y esencial en
el libro del alumno. Utiliza organizadores de
colores para organizar la información del libro, libreta, archivador, etc.
Ø Proporciónale
organizadores gráficos: la utilización de esquemas, mapas conceptuales u
otro tipo de organizador gráfico, resultará efectiva para que el alumno pueda
seguir el desarrollo de los temas teniendo un soporte lector simplificado, que
posteriormente le facilite el recuerdo de la información que el profesor ha
dado. Además, le ayudará a entender la idea principal y los aspectos
relacionados con ella, a la vez que le ayudará a tener imágenes visuales de las
palabras clave del texto.
Ø Grabadora: la grabadora
puede resultar una ayuda eficaz para que el niño pueda disponer de la
explicación del profesor en casa cuando realice los deberes o estudie para un
examen. También es un buen recurso para identificar su progreso cuando lee.
Ø En educación física utiliza cartulinas de colores sobre las
paredes de la sala para favorecer la localización de la derecha, la izquierda,
delante y detrás, así como el movimiento, orientación y desplazamientos por la
sala. También se puede utilizar un objeto como una cinta atada en la muñeca
derecha para favorecer igualmente la lateralidad respecto al propio cuerpo.
Ø Realiza seguimiento continuo y personalizado del proceso educativo
y desarrollo personal de alumno, ofreciéndole refuerzo y apoyo continuado, haciéndole consciente de sus progresos
por pequeños que sean.
Ø Utiliza estrategias
nemotécnicas. Resultan
eficaces para ayudar a los alumnos a recordar información clave o los pasos que
han de seguir para realizar una tarea.
Ø Desarrolla la conciencia
fonológica del alumno a través de actividades que supongan la
descomposición y composición de las palabras, como descomponer una palabra en
golpes de sonido (sílabas), cambiar una letra de la palabra para ver cómo se
modifica, formar palabras nuevas, a partir del último golpe de sonido (sílaba),
comparación auditiva de palabras similares o iguales, entre otros ejemplos.
Estas actividades se habrán de trabajar primero a través de la ruta fonológica
del proceso lector (auditiva) y seguidamente repetirlas a través de la ruta
ortográfica (visual).
Ø Dedica un tiempo
diario en el aula a la lectura. Usa el diccionario
de sinónimos y antónimos para la
búsqueda del significado de las palabras que el niño no entiende en el texto y
confecciona un glosario de palabras.
El objetivo es que el alumno vaya ampliando progresivamente su memoria
ortográfica (cantidad de imágenes de las palabras escritas almacenadas en la
memoria). Permite que use este glosario de palabras mientras realiza sus tareas
escolares.
Ø Dale información verbal y visual simultáneamente. Introduce los temas (siempre que sea posible) por
medio de imágenes. El uso de DVD, vídeos, diapositivas, murales, etc., le
sirven como complemento de la explicación oral y les ayuda a la comprensión de
conceptos abstractos.
Ø Apoyar con gráficos o
imágenes el material escrito.
Ø Escribe los apartados y el vocabulario más
significativo del tema en la pizarra. Antes de una explicación puedes escribir las nuevas
palabras de vocabulario y los aspectos principales en la pizarra, organizados
en un mapa conceptual, esquema u otro tipo de organizador gráfico.
Ø Permítele el uso de apoyos materiales. Facilita el uso de recursos didácticos tales como
ábacos, abecedario, calculadora (una vez que tienen adquiridas las
operaciones), tablas de multiplicar, etc.