Wednesday, March 13, 2024

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA LA DISLEXIA (PARTE 2)

 

Imagen de ancoah

ADAPTACIONES EN LAS ACTIVIDADES

        Es común observar que los alumnos con dislexia presentan, además, algunas dificultades en la atención y despistes. Esto, unido a sus dificultades para el aprendizaje lector, produce que estos alumnos se perciban menos inteligentes o menos capaces, dando lugar a desmotivación hacia las tareas escolares. Por este motivo, con la finalidad de que tu alumno con dislexia mejore su atención y se motive hacia la participación y elaboración de las tareas escolares, es importante que en las actividades de aula, incluyas estrategias eficaces como las siguientes:
  • Propicia las condiciones adecuadas en ambientes, situaciones y actividades en las que tu alumno participe para que pueda asumirlas con garantías de éxito.
  • Usa procedimientos explícitos de enseñanza: presentar un adelanto de la tarea, proporcionar una práctica guiada, ofrecer feedback corrector, práctica independiente por parte de tu alumno, monitorizar la práctica y revisarla. 
  • Utiliza en la dinámica del aula, estrategias de aprendizaje sin error en las actividades que impliquen el uso de la lectoescritura, para así motivar a tu alumno hacia el establecimiento de metas y el esfuerzo para su consecución. Para ello, diseña actividades con grados de dificultad progresivos para asegurar que e tu alumno las sabrá resolver con éxito y refuerza cada paso que consiga. Con ello, potenciarás su autoestima, motivación, autonomía y seguridad ante las tareas escolares.
  • Alaba en voz alta los logros de tu alumno para que los sepa él y sus compañeros, explicando específicamente lo que ha hecho bien. Esto aumentará su autoestima y conocimiento de sus capacidades.
  • Utiliza técnicas de aprendizaje cooperativo por parejas o grupos pequeños en aquellas actividades que tienen un amplio componte lector.
  • Sitúa la mesa de tu alumno cerca de ti para que le puedas ofrecer la ayuda que necesita en cada momento. 
  • Utiliza señales para resaltar los aspectos más importantes. Los asteriscos u otros marcadores pueden acentuar las preguntas o actividades que son más importantes para la estudiar. Esto ayuda a tu alumno a rentabilizar el tiempo durante las tareas escolares o los exámenes.
  • Utiliza la enseñanza tutorada. Puedes juntar a los alumnos de diversos niveles para repasar las actividades, para preparar un examen, leer en voz alta uno a otro, escribir historias, etc. También un compañero puede leer a tu alumno con dislexia los problemas de matemáticas o los enunciados de la actividad. Permite que en ocasiones que el tutor sea tu alumno con dislexia, en aquellas actividades que se le dé bien.
  • Flexibiliza el tiempo de trabajo. Los alumnos que trabajan más lentamente pueden disponer de más tiempo para realizarlas tareas escritas.
  • Proporciónale actividades adicionales. No todos los alumnos requieren la misma cantidad de práctica para dominar un contenido, muchos alumnos con dificultades necesitan una práctica adicional.
  • Evita en todo momento corregir en rojo y también la corrección sistemática de todos los errores en su escritura o habla. Un niño con dislexia que no ha sido detectado en edad temprana seguramente ha sufrido serias dificultades para poder expresarse de forma oral o escrita sin cometer faltas, omisiones, sustituciones, confusiones de letras que se parecen por la grafía o por el sonido. Si desde el periodo de aprendizaje de la lecto-escritura, no ha hecho otra cosa que recibir todos sus trabajos, corregidos en rojo (copiados, redacciones, dictados, exámenes, ejercicios, deberes…), y le han corregido cuando habla, lo más seguro es que no tenga una percepción positiva de su capacidad para hablar o escribir. Se recomienda utilizar formas y colores alternativos para corregir sus producciones escritas como, por ejemplo, señalar de un color lo que ha realizado bien y de otro color lo que debe mejorar, proporcionando ejemplos correctos. En cuanto a las producciones orales, se recomienda no corregir directamente. En su lugar, durante la conversación con tu alumno con dislexia, puedes parafrasear o hacer preguntas ofreciendo un modelo correcto de expresar lo que tu alumno ha expresado incorrectamente.
  • Antes de leer en voz alta delante de sus compañeros se recomienda darle con antelación la lectura que ha de leer, para que, sin presiones, pueda trabajarla en casa y de esta forma sentirse más seguro.
  • A la hora de asignar los deberes, ten en cuenta que generalmente, los alumnos con dislexia trabajan más lento y que en ocasiones, han de asistir a sesiones de intervención psicopedagógica después del colegio. Por ello, se recomienda que el profesor asigne la cantidad y tipo de tareas escolares en casa teniendo esto en cuenta.
  • Utiliza guías de lectura, para organizar el proceso lector de textos complejos y largos. 
  • Trabaja siempre con una agenda, en la que tu alumno pueda anotar con antelación las fechas de los exámenes, la fecha de entrega de trabajos, eventos escolares, entre otros ejemplos. De esta forma, podrá ir preparando lo que necesita con tiempo y sin presiones, y no olvidará nada.
  • Identifica las habilidades en las que destaca tu alumno con dislexia y asegúrate que las sabe. En algunos casos será el dibujo, en otros la imaginación, el deporte, o su actitud, entre otros ejemplos. El objetivo es dar a entender al resto de la clase y a tu alumno con dislexia, que todos tenemos fortalezas y somos buenos en algo. Esto reforzará a tu alumno y prevendrá la aparición de baja autoestima, ansiedad, percepción negativa de autoeficacia o depresión.  
  • Evita la sobreprotección, da sólo el grado preciso de ayuda y el nivel adecuado de exigencia. Posibilita experiencias que favorezcan la autodeterminación.
  • Debemos ser pacientes con los “olvidos” que en numerosas ocasiones tienen estos alumnos. En algunos casos, la dislexia viene acompañada de dificultades de atención o de la memoria a corto plazo y la memoria operativa que les impiden recordar donde tienen las cosas, la fecha de un examen, etc. A su vez, estas dificulatdes de atención asociadas a la dislexia también puede generar confusiones en el aula como, por ejemplo, confundir un libro de texto por otro, llevar a casa el libro o materiales incorrectos para realizar los deberes, despistarse fácilmente en clase, confundirse de ejercicio, o no recordar dónde puso algo. Todos estos “despistes” no son acciones voluntarias de tu alumno.  Es importante mencionar, que tu alumno es consciente de que tiene estos olvidos en el colegio, en casa, en las actividades extraescolares, etc. Si no recibe comprensión y apoyo por parte de las personas significativas de su entorno, su autoestima y percepción de sus capacidades se verá afectada. Por ello, debemos evitar hacer comentarios como “eres un caso”, “no sabes ni dónde tienes la cabeza”, “estás en la luna”, etc.

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