Sunday, March 17, 2024

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA LA DISLEXIA (PARTE 3)

 

Imagen de NHS Business Services News

ADAPTACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS DE EVALUACIÓN
  • Ajusta la evaluación a las características de los alumnos: a estos alumnos se les puede permitir realizar exámenes orales y utilizar los materiales complementarios que puedan necesitar, como calculadoras, ábaco, abecedario o tablas de multiplicar.
  • En los exámenes tipo test, no des más de tres opciones de respuesta. Las preguntas y las respuestas deben estar en la misma página.
  • En los exámenes con respuestas de verdadero o falso, facilita que el alumno rodee la respuesta correcta entre las opciones de verdadero o falso escritas completamente, en lugar de escribir V o F. No utilices frases con doble negativo.
  • Permite que el alumno rodee la palabra correcta en lugar de escribirla en el espacio en blanco.
  • No uses la letra cursiva en los textos de lectura.
  • Simplifica los enunciados de las preguntas usando oraciones simples. 
  • Lee las instrucciones del examen en voz alta al alumno y repítelas si es necesario.
  • Lee en voz alta el enunciado de cada pregunta del examen. Lee la primera pregunta o sección y una vez la realice, lee en voz alta la segunda. Una vez realice al segunda, lee la tercera y así sucesivamente. También puedes dejar que el alumno complete el examen con un ordenador en el que se haya instalado un lector.
  • Realiza las preguntas a través de oraciones completas.
  • Facilita las preguntas escritas. No pidas que las copie de la pizarra.
  • Utiliza preferentemente la fuente de letra Times New Roman o Comic Sans.
  • Alinea las preguntas con sus respuestas de forma vertical (dos columnas).
  • No utilices la opción de emparejar la pregunta con su respuesta uniéndolas con líneas. Coloca la parte más larga de estos emparejamientos en la izquierda y la más corta en la derecha. 
  • Utiliza un código de colores, para emparejar o asociar preguntas con respuestas. Evita incluir más de una respuesta por pregunta y presenta los emparejamientos organizados por categorías.
  • Apoya con imágenes o gráficos el material escrito.
  • Ajusta los criterios de corrección de las pruebas escritas: por ejemplo, si el criterio general es “cada tres tildes no puestas, cuenta una falta de ortografía”, para estos alumnos puedes ampliar el margen a 5.
  • Evita corregir en rojo y también la corrección sistemática de todos los errores en su escritura y habla. Un niño con dislexia que no ha sido detectado en edad temprana seguramente ha sufrido serias dificultades para poder expresarse de forma oral o escrita sin cometer faltas, omisiones, sustituciones, confusiones de letras que se parecen por la grafía o por el sonido. Si desde el periodo de aprendizaje de la lecto-escritura, no ha hecho otra cosa que recibir todos sus trabajos, corregidos en rojo (copiados, redacciones, dictados, exámenes, ejercicios, deberes…), y le han corregido cuando habla, lo más seguro es que no tenga una percepción positiva de su capacidad para hablar o escribir. Se recomienda utilizar formas y colores alternativos para corregir sus producciones escritas como, por ejemplo, señalar de un color lo que ha realizado bien, y de otro color lo que debe mejorar, proporcionando ejemplos correctos. En cuanto a las producciones orales, se recomienda no corregir directamente. En su lugar, durante la conversación con el alumno con dislexia, podemos parafrasear o hacer preguntas ofreciendo un modelo correcto de expresar lo que el alumno ha expresado incorrectamente.
  • Permite que el alumno se autocorrija sus producciones escritas: para hacerlo permítele que tenga presente fuentes de información con esquemas o mapas conceptuales de la información que ha de tener en cuenta. Si él mismo se da cuenta de sus errores, no se lo cuentes como falta puesto que, al identificar su error de forma autónoma, demuestra que identifica el conocimiento correcto.
  • Implica en el proceso de evaluación a todos los profesionales que trabaja con en el alumno para que todos realicen las adaptaciones del mismo modo.
  • Valora el contenido de las respuestas y el esfuerzo del alumno y no la ortografía o la composición del texto.
  • Perrmite más tiempo para realizar los exámenes si el alumno lo necesita.

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