En las entradas anteriores vimos cómo adaptar los métodos de enseñanza-aprendizaje a las características y necesidades de los alumnos con TDAH. En esta entrada, daré algunas ideas de cómo adaptar las actividades escolares.
CONSIDERACIONES GENERALES
- Propón actividades significativas que susciten el interés de tu alumno, así como que estén relacionadas con sus conocimientos previos y con su vida personal.
- Elabora actividades que impliquen la participación activa de tu alumno.
- Fomenta actividades que supongan un trabajo conjunto entre tú y tu alumno.
- Posibilita el trabajo dialógico: grupos interactivos, debates, discusión de dilemas morales, entre otros.
- Usa las técnicas del trabajo cooperativo.
PROPUESTAS CONCRETAS
Lo que has de tener en cuenta en la organización de las sesiones de enseñanza-aprendizaje:
- Prepara y organiza las sesiones con antelación y claridad. Cuanto más estructurada esté la sesión, mayor y mejor será el seguimiento por parte del alumno.
- Alterna las actividades teóricas con las actividades prácticas.
- Ten en cuenta que el nivel de atención de tu alumno es alternante, por lo que habrás de considerar: utilizar variedad de actividades, ofertar actividades novedosas y presentar primero las actividades sencillas y, progresivamente, ir incorporando las de mayor dificultad.
Al inicio de la sesión
- Verifica que tu alumno tiene preparado todo el material necesario para realizar la actividad.
- Utiliza técnicas prosódicas y de dramatización para captar su atención inicial: dirigirse al alumno directamente en un tono de voz moderado-bajo, utilizar cambios de voz, expresiones faciales o verbales, entre otros ejemplos.
- Comienza tu clase elaborando un esquema o guión de los contenidos que se van a trabajar. Sitúalo en la pizarra o en otro lugar visible.
- Al inicio de la actividad, presenta la idea principal del contenido que se va a trabajar.
- Asegúrate de que tu alumno tiene claro qué hay que hacer y qué esperas de él, antes de comenzar la actividad.
Durante la sesión
- Intercala el tiempo de explicación con el trabajo individual, en lugar de realizar una explicación larga antes de comenzar la actividad.
- Utiliza estrategias para mantener la atención de tu alumno, como cambios de entonación, gesticulación, materiales audiovisuales, etc.
- Favorece el contacto ocular con tu alumno.
- Simplifica las instrucciones de realización de cada tarea. Utiliza consignas directas y sencillas.
- Ofrece modelos claros a modo de ejemplo, para la ejecución de las instrucciones de la tarea explicada.
- Apoya las actividades con materiales visuales o manipulativos.
- Asegúrate en todo momento de que tu alumno está entendiendo lo que explicas haciéndole preguntas sencillas y directas.
- Proporciona a tu alumno o guíale para que elabore un glosario de términos claves organizados por categorías semánticas.
- Permite que tu alumno se mueva durante las actividades sin molestar o interrumpir a sus compañeros. Da funcionalidad a su movimiento. Por ejemplo, permite que se levante para enseñarte su progreso en la actividad, para tirar algo a la papelera, pídele que borre la pizarra o que reparta material, entre otros.
- Consensúa con tu alumno el tiempo que puede permanecer sentado haciendo la tarea y el tiempo que puede estar moviéndose haciendo alguna de las tareas mencionadas en arriba.
- Dale las actividades de una en una. Si es muy larga, divídela en subtareas y dáselas de una en una. Corrige la tarea o subtarea terminada antes de darle la siguiente.
Al término de la sesión
Al finalizar la actividad, realiza un resumen o conclusiones de la misma. Pide a tu alumno que lo repita o guíale para que él haga el resumen o las conclusiones de la actividad que ha realizado y de lo que ha aprendido.
Utiliza los últimos minutos de clase para:
- Revisar las tareas realizadas.
- Comprobar si ha comprendido los contenidos esenciales de la sesión.
- Asegurarte de que ha anotado en la agenda las tareas para casa y, en su caso, alguna información importante para la familia.
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