Tuesday, August 8, 2023

EL ALUMNO QUE INTERRUMPE


 

LO QUE VES

        Tu alumno quiere hacer comentarios sobre todo. Constantemente interrumpe el debate o la explicación diciendo su opinión sobre el asunto sin que se la pidan o venga a cuento, o bien, interrumpe haciendo preguntas o comentarios irrelevantes que desvían la atención del grupo-clase hacia el tema que se está tratando en la clase. Otras veces, si le llamas la atención, continúa murmurando sus comentarios con un tono de voz más bajo, pero lo suficientemente alto para ser oído y provocar distracción o interrupción. El comportamiento de tu alumno te exaspera y acaba con tu paciencia.


LO QUE EN REALIDAD ESTÁ PASANDO

      Tu alumno necesita atención constante y usa las interrupciones para obtenerla. Puede que piense que tener la atención de todos (alumnos y profesor), le da estatus social entre sus iguales. Su necesidad de atención puede encubrir sentimientos de poca valía o de  inadecuación académica y/o social, de los cuales podría ser o no ser consciente. Si es consciente de dichos sentimientos, tu alumno intencionalmente interrumpe la clase para tratar de mejorar la percepción que tiene de sí mismo. Por el contrario, si no es consciente de sus sentimientos de poca valía, sus interrupciones son impulsadas por dichos sentimientos sin control consciente del alumno. En otras palabras, el alumno no sabe muy bien por qué necesita llamar la atención de ese modo.


¿QUÉ HACER?

        Los alumnos que interrumpen constantemente el ritmo de la clase pueden convertirse en un reto para el profesor. Debido a que la necesidad de atención y su sentimiento de poca valía son su motivación (consciente o inconsciente), la primera estrategia que hemos de implementar es controlar el refuerzo que le damos al alumno. Esto es, cuando el alumno interrumpe y el profesor contesta, ya sea para redirigir al alumno o pedirle que se calle, está intencionalmente reforzando la conducta no deseada del alumno. Dicho de otro modo, el profesor y los compañeros del aula están dando, en ese momento, su atención al alumno que interrumpe, lo cual era el objetivo de su interrupción. Por este motivo, el profesor habrá de reforzar con su atención el comportamiento deseado del alumno e ignorar cuando realice el comportamiento no deseado (interrumpir).

Siempre que sea posible, cuando tu alumno interrumpa la clase, simplemente ignora su comentario y continúa con tu explicación o tu tarea. Si su conducta interrumpe el ritmo de la clase, en lugar de parar y llamarle la atención a él directamente, redirige al conjunto de tu grupo-clase mediante un recordatorio del tema que estéis tratando o realizando preguntas relevantes. Al final de la clase y en privado, habla con tu alumno. Dile que valoras su opinión y sus aportaciones cuando son relevantes y relacionadas con el tema que se está tratando en la clase, así como cuando no interfieren con el ritmo de trabajo del aula. Explícale que valoras sus contribuciones pero que hay un momento para decirlas y otro para escuchar al profesor y a sus compañeros. Hazle saber que consideras valiosos sus comentarios pero que es mejor decirlos cuando el profesor le indique el momento más adecuado, en lugar de decirlos cuando el alumno quiera interrumpiendo la clase. De lo contrario, el profesor no te permitirá hablar durante la clase. Pregunta a tu alumno qué es lo que él prefiere hacer.

En el caso de que tu alumno tenga dificultades para tomar conciencia de su conducta y, por tanto, controlarla intencionalmente, acuerda con él dos señales "secretas" que sólo utilices con él. Una para indicarle que puede realizar su comentario y otra para indicarle que no es el momento adecuado para realizar su comentario y que debe esperar. Tu alumno responderá positivamente a estas señales, ya que con ellas está recibiendo una atención especial de su profesor que no da a otros alumnos.

Paralelamente, cuando tu alumno aporte su opinión o comentarios en la forma y tiempo adecuados, elogia su aportación delante del grupo de alumnos y préstale tu atención de forma individual.

Complementariamente, conoce más a tu alumno y su entorno familiar y social. Identifica en qué áreas siente que tiene poca valía y por qué necesita tanta atención. Si no se siente capaz en el área académica, ajusta tu metodología y actividades a las necesidades de tu alumno y dale refuerzo curricular si lo necesita. Si su percepción de falta de capacidad es en el área social/afectiva, incorpora en tu programación docente y en el plan de acción tutorial, estrategias para el desarrollo de habilidades sociales y personales. Si las dificultades que has identificado en tu alumno te preocupan, habla con el orientador educativo de tu centro escolar para que pueda ayudarte. 


¿QUÉ NO HACER?

  • No prestes atención a tu alumno cuando la esté demandando con sus interrupciones. Ten en cuenta que mientras le llamas la atención, le regañas o simplemente le miras serio, ya le estás prestando atención. Por ello, no lo hagas en ese momento. 
  • No hables de la conducta de tu alumno enfrente del grupo-clase, ni con otros profesores cuando el alumno está presente. Igualmente, el alumno lo percibiría como que está consiguiendo tu atención.
  • No hagas sentir mal a tu alumno por sus interrupciones. Ni hagas comentarios acerca de sus comentarios que se dirijan a él directamente. Recuerda redirigir siempre a tus alumnos de forma grupal.


Basado en la obra "Addressing student behavior: a guide for educators". New Mexico Public Education Department.




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